Divagando sobre religión

Hace un par de semanas tuve una conversación un poco compleja con mi buen amigo Nacho, quien de por sí es un artista de la vida, hablamos de Religión. Sin ánimos de ofender con éste post a sus adeptos ya que es otra opinión nada más de tipo personal, porque en mi forma de pensar esto no tiene nada que ver con el metal bandas que evangelizan y esas cosas, me parece pura pose (Fuck off!! mother fuckers).

El hombre siempre necesita creer en algo me decía mi tía, mientras se alistaba para el sacramento de confirmación de su hija. Muchos admiten que hay una realidad frente a sus narices pero no quieren saber que es y prefieren seguir creyendo en lo que les enseñaron de niños. Es el miedo de encontrar que todo lo que les dijeron era mentira, y que la vida es solo ésta y no hay otra, a cambio prefieren creer en una vida eterna, desear un cielo y temerle al infierno.

¿Donde está Dios? Seguro que alguien dirá “está en todos lados”, frases clásicas de alguien que se fundamenta en un libro hecho por hombres, que por cierto contiene muchas contradicciones. No es diferente la joven que le reza al vacio, o a una imagen de algún santo que el Naufrago y su amigo Wilson por citar como ejemplo algo absurdo, ¿todo esto para mantenerse cuerdos acaso? Para no sentirse solos en el mundo, existe esa necesidad de que alguien te escuche.

El hombre crea sus dioses desde siempre, antes quizá era una piedra tallada, cerros que llamaban Apus o hasta el Sol y la Luna. No niego la existencia de cosas misteriosas en el universo y tampoco las afirmo poniendo las manos al fuego; pero de algo estoy seguro, no es lo que pregonan en dichas religiones, al menos esa es mi verdad. A Dios nunca lo vi, prefiero creer en mí mismo, ser yo mi propio Dios, creer que no hay nada después de la muerte hace que disfrute cada segundo, parece egoísta sin embargo creer de esa forma mejoró y tornó placentera mi existencia.

¿Qué gano dando un diezmo? ¿Un lugar en cielo? No me interesa, y menos cuando te enteras que dichosos diezmos van para las arcas de los gobernantes de estas iglesias, que aprovechan la ignorancia o humildad de muchas personas.

Um, dois, três, quatro... PARE DE JODER